El Gobierno decidió no renovar el reintegro de 5% del IVA para las compras realizadas con tarjeta de débito que venció el pasado 31 de diciembre, tuvo vigencia durante quince años y alcanzaba a compras de hasta mil pesos.
La medida, que sorprendió a muchos debido a que la erogación que significaba esta herramienta de fomento a la bancarización estaba prevista en el Presupuesto para 2017, es la primera decisión del flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien a partir del 1º de enero ejerce el cargo que dejó Alfonso Prat Gay.
“Era un subsidio a los usuarios de tarjetas de débito no el más equitativo de todos los que tenemos en la Argentina”, dijo Dujovne en una entrevista concedida a medios porteños en su primer día. “Los usuarios de tarjeta de débito no necesariamente representan al sector más desprotegido de toda la sociedad, pero además este Gobierno tiene agenda importante y ambiciosa de expansión de los medios electrónicos, donde hay una tarea del Banco Central enorme y que va a pasos muy agigantados, donde hay muchísimos medios de pago electrónicos que no tienen esa devolución y que hubiera desalentado la competencia entre estos. Para poder alentar la utilización de los medios de pago electrónicos decidimos no seguir con ese diferencial frente a los otros productos”.
El costo fiscal del reintegro previsto para este año era de 7.500 millones de pesos, contra los 6.077 millones que habían sido presupuestados para 2016; en 2015 fueron 4.500 millones.
Al ser consultado al respecto, el titular de la AFIP, Alberto Abad, señaló que con el fin del reintegro del IVA el Estado dejará de resignar “unos 6.000 millones de pesos” y que ese monto en la actualidad se podrá destinar “a los que más lo necesitan” como la devolución del 15% por el uso de las tarjetas para jubilados que cobren la mínima, pensionados y a aquellos que perciben la Asignación Universal por Hijo (AUH).